UN JUGADOR CLASE "A"
Sosa estaba predestinado a ser uno de los mejores de todos los tiempos. Con 18 años, ya estaba emigrando al fútbol europeo. El Zaragoza de España se había fijado en él. Allí, el 26 de abril del 86, jugó su partido inolvidable, cuando Zaragoza por primera vez en su historia lograba un titulo, la Copa del Rey. Fue en la final, contra el famoso Barcelona, que el Zaragoza ganó 1 a 0 con gol precisamente de Ruben Sosa. Un evento glorioso en la historia del equipo de Zaragoza, que Sosa con 19 años habia hecho realidad. En agosto del 88 pasó al futbol italiano, mas precisamente al Lazio. En Italia fue un mounstruo, llegó a ser el máximo goleador extranjero de la historia (en su momento), y logró varias copas y titulos de goleador, como en el Inter de Milán donde fue siempre figura desde 1992 hasta 1995. El campeón alemán, Borussia Dourtmund, se fijo en él en la emporada 95-96, pero no jugó demasiado porque la rodilla lesionada luego de toda una carrera de logros y recibir patadas se lo impidió. La ultima temporada en Europa fue en el Logroñés de España. Ya las lesiones estaban molestandolo mucho y costaba adaptarse al ritmo europeo.

FUTBOL, ALEGRIA Y EL BOLSO
El comienzo no fue bueno, 1997 será recordado como uno de los peores años de la historia. Sin embargo, él junto a una nueva estructura del club, sería vital para la resurreción del gigante. Le sumó toda su locura y alegria a esa pasión que siente por el fútbol, y contagió a todo el nuevo plantel bolso. Era necesario quitar la presión, estabamos frente a una responsabilidad de salir campeón enorme. Y este equipo conducido por un magistral Ruben Sosa, que resultaría goleador del Uruguayo del 98 con 13 goles, saldria campeón de un campeonato que quedará en la historia, ganando Apertura y Clausura, arrasando en el futbol local dando grandes espectaculos. Adentro de la cancha: un futbol de gran calidad, de un jugador con una precisión increible. El disfrute de los hinchas de la época, de ese equipo y de Sosa fue enorme y provocó lo que fue una "bolsomanía".

LA CAMISETA NUMERO 100
Es la que usó el año 1999, cuando Nacional cumplió precisamente un siglo de vida. Ademas de esto, Sosa se encargó de inventar raros festejos a la hora de festejar goles y campeonatos, aunque nunca le dejaron cumplir su promesa de bajar en helicóptero. Algunas ocurrencias: pintarse el pelo con los tres colores mas ganadores, entrar en limusina al Estadio, bajar de las tribunas del estadio en vez de salir a la cancha desde el vestuario, llevar la bandera de NAcional en la cinta de capitán y sacarla para festejar un gol en un clásico mostrandole la bandera a la manyada y muchismos mas.